Trouvé 292 Résultats pour: profeta Jehú

  • El profeta llamó a Guejazí, y le dijo: "Llama a la sunamita". La llamó y, cuando entró, Eliseo dijo: "Toma a tu hijo". (II Reyes 4, 36)

  • Y dijo a su señora: "¡Si mi señor se presentase al profeta que hay en Samaría, él le libraría de su lepra!". (II Reyes 5, 3)

  • Cuando Eliseo, el hombre de Dios, se enteró de que el rey había rasgado sus vestiduras, le mandó a decir: "¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que en Israel hay un profeta". (II Reyes 5, 8)

  • Pero sus criados se le acercaron y le dijeron: "Padre nuestro, si el profeta te hubiera mandado una cosa difícil, ¿no la habrías hecho? ¡Cuánto más habiéndote dicho: Lávate y quedarás limpio!". (II Reyes 5, 13)

  • Y uno de sus ayudantes respondió: "Nadie, oh rey, mi señor; Eliseo, el profeta que vive en Samaría, es el que comunica al rey de Israel incluso todo lo que tú dices en tu dormitorio". (II Reyes 6, 12)

  • El profeta Eliseo llamó a uno de los hijos de los profetas y le dijo: "Prepárate, toma en tu mano esta redoma de aceite y vete a Ramot de Galaad. (II Reyes 9, 1)

  • Cuando llegues, irás a ver a Jehú, hijo de Josafat y nieto de Nimsí; entra, hazle levantar en medio de sus camaradas y llévalo a una estancia más apartada. (II Reyes 9, 2)

  • Aquel joven profeta partió para Ramot de Galaad, (II Reyes 9, 4)

  • y llegó cuando los jefes del ejército estaban reunidos en sesión. Dijo: "General, tengo que hablar contigo". Jehú repuso: "¿Con cuál de todos nosotros?". Respondió: "Contigo, general". (II Reyes 9, 5)

  • Jehú se levantó y entró en la casa. Entonces el profeta derramó el aceite sobre su cabeza y le dijo: "Esto dice el Señor, Dios de Israel: Yo te unjo por rey del pueblo del Señor, de Israel. (II Reyes 9, 6)

  • Jehú salió adonde estaban los súbditos de su señor, que le preguntaron: "¿Hay novedad? ¿Por qué ha venido a ti ese loco?". Él les respondió: "Vosotros ya conocéis a ese individuo y su cantinela". (II Reyes 9, 11)

  • Entonces tomaron cada uno su propio manto, los tendieron a sus pies sobre los desnudos escalones, y al son de las trompetas gritaron: "¡Jehú es rey!". (II Reyes 9, 13)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina