1. Después gritó a mis oídos con voz recia, y dijo: "Acercaos los que habéis de castigar a la ciudad, cada uno con su instrumento de exterminio en la mano".





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina