Ezequiel, 9

1. Después gritó a mis oídos con voz recia, y dijo: "Acercaos los que habéis de castigar a la ciudad, cada uno con su instrumento de exterminio en la mano".

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Ezequiel 9 narra la visión del Profeta de la destrucción que vendría sobre Jerusalén debido a los pecados de la gente. En Vision, seis hombres aparecen y reciben órdenes de Dios para matar a todos los habitantes de la ciudad que no tenían marca en la frente. Los siguientes versos están relacionados con los temas abordados en Ezequiel 9:

Job 2:3: "Entonces el Señor le dijo a Satanás," ¿Te dijiste en mi trabajo de servicio? No hay nadie en la tierra como él, sin culpa, justo, un hombre que teme a Dios y evita el mal. Él sigue siendo justo, aunque me has incitado contra él a arruinarlo sin razón ". En este verso vemos el énfasis en la justicia y la integridad, que son valores importantes para Dios y faltaban entre la gente de Jerusalén.

Ezequiel 5:13: "Entonces mi ira se cumplirá, y me satisfaré a mí mismo. Cuando he agotado mi ira contra ellos, entonces sabes que yo, el Señor, dije en mi celo, cuando he cumplido mi ira contra ellos ". Aquí vemos la idea de la ira divina y el juicio sobre aquellos que se apartaron de Dios y no se arrepintieron.

Ezequiel 18:30: "Por lo tanto, oh nación de Israel, los juzgaré a cada uno de acuerdo con sus caminos, declara al soberano, el Señor. ¡Arrepentirse! Será una caída". Este versículo habla de la responsabilidad individual de cada persona de arrepentirse y alejarse del pecado, y cómo puede evitar caer.

Jeremías 25:29: "Porque, he aquí, en la ciudad que se llama por mi nombre para castigar; ¿y estarás completamente impune? El Señor de los anfitriones ". Este versículo se relaciona con la idea de que nadie estaría exento del juicio divino, ni siquiera aquellos que se consideraban fieles a Dios o que vivían en la ciudad que fue llamado por el nombre de Dios.

Apocalipsis 7:3: "No causan daño a la tierra, ni al mar ni a los árboles, hasta que sellamos a los siervos de nuestro Dios". Este versículo se relaciona con la idea de que Dios protegería a los que eran sus fieles siervos, como vemos en Ezequiel 9, donde aquellos que tenían la marca en la frente se salvarían de la destrucción.