II Crónicas, 18
34. Pero arreció tanto la lucha aquel día, que el rey de Israel siguió firme en su carro frente a los sirios hasta el atardecer, y murió al ponerse el sol.
34. Pero arreció tanto la lucha aquel día, que el rey de Israel siguió firme en su carro frente a los sirios hasta el atardecer, y murió al ponerse el sol.
“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina