36. Cuando Abigaíl volvió a la casa de Nabal, éste estaba celebrando un gran banquete. Se encontraba alegre y completamente ebrio. Nada le dijo sino hasta el amanecer.





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina