10. Vivía en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor lo llamó en una visión: «¡Ananías!» Respondió él: «Aquí estoy, Señor.»





“Combata vigorosamente, se está interessado em obter o prêmio destinado às almas fortes.” São Padre Pio de Pietrelcina