pronađen 193 Rezultati za: Abrahán

  • Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abrahán?» (Evangelio según San Juan 8, 57)

  • Contestó Jesús: «En verdad les digo que antes que Abrahán existiera, Yo soy.» (Evangelio según San Juan 8, 58)

  • Ustedes son los hijos de los profetas y los herederos de la alianza que Dios pactó con nuestros padres, al decir a Abrahán: A través de tu descendencia serán bendecidas todas las familias de la tierra. (Hecho de los Apóstoles 3, 25)

  • Esteban respondió: «Hermanos y padres, escúchenme: El Dios glorioso se apareció a nuestro padre Abrahán mientras estaba en Mesopotamia, antes de que fuera a vivir a Jarán. (Hecho de los Apóstoles 7, 2)

  • Luego hizo con él el pacto de la circuncisión. Y así, al nacer su hijo Isaac, Abrahán lo circuncidó al octavo día. Lo mismo hizo Isaac con Jacob, y Jacob con los doce patriarcas. (Hecho de los Apóstoles 7, 8)

  • Sus cuerpos fueron llevados a Siquem y descansan en la tumba que Abrahán había comprado en Siquem a los hijos de Hamorpor cierta suma de plata. (Hecho de los Apóstoles 7, 16)

  • Ya se iba acercando el tiempo de la promesa que Dios había hecho a Abrahán; el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, (Hecho de los Apóstoles 7, 17)

  • «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob.» Moisés sintió tanto miedo que no se atrevía ni a mirar. (Hecho de los Apóstoles 7, 32)

  • Hermanos israelitas, hijos y descendientes de Abrahán, y también ustedes los que temen a Dios, a todos nosotros se nos ha dirigido este mensaje de salvación. (Hecho de los Apóstoles 13, 26)

  • Hablemos, pues, de Abrahán, nuestro padre según la carne. ¿Qué fue lo novedoso en él? (Carta a los Romanos 4, 1)

  • Abrahán fue justo ante Dios, y si lo hubiera conseguido por sus obras, podría ostentar sus méritos, pero no los tiene ante Dios. (Carta a los Romanos 4, 2)

  • En efecto, ¿qué dice la Escritura? Abrahán creyó a Dios, quien se lo tomó en cuenta para hacerlo justo. (Carta a los Romanos 4, 3)


“Que Jesus o aperte sempre mais ao Seu divino coração. Que Ele o alivie no sofrimento e lhe dê o abraço final no Paraíso.” São Padre Pio de Pietrelcina