pronađen 907 Rezultati za: Jerusalén

  • esto lo saben muy bien el sumo sacerdote y el Consejo de los Ancianos. Incluso me entregaron cartas para nuestros hermanos de Damasco, y salí para detener a los cristianos que allí había y traerlos encadenados a Jerusalén para que fueran castigados. (Hecho de los Apóstoles 22, 5)

  • Después de regresar a Jerusalén, mientras un día me encontraba orando en el Templo, tuve un éxtasis. (Hecho de los Apóstoles 22, 17)

  • Vi al Señor que me decía: «Muévete y sal pronto de Jerusalén, pues no escucharán el testimonio que les des de mí.» (Hecho de los Apóstoles 22, 18)

  • Aquella misma noche el Señor se acercó a Pablo y le dijo: «¡Animo! Así como has dado testimonio de mí aquí en Jerusalén, tendrás que darlo también en Roma.» (Hecho de los Apóstoles 23, 11)

  • Tú mismo podrás comprobar que no hace más de doce días que subí a Jerusalén en peregrinación, (Hecho de los Apóstoles 24, 11)

  • Tres días después de su llegada a la provincia, Festo subió de Cesarea a Jerusalén. (Hecho de los Apóstoles 25, 1)

  • y pidieron a Festo, como un favor, que lo trajera a Jerusalén, pues ellos todavía planeaban matarlo en el camino. (Hecho de los Apóstoles 25, 3)

  • Festo no permaneció en Jerusalén más de ocho o diez días y luego volvió a Cesarea. Al día siguiente se sentó en el tribunal y mandó llamar a Pablo. (Hecho de los Apóstoles 25, 6)

  • Apenas se presentó, los judíos que habían bajado de Jerusalén lo acosaron con numerosas y graves acusaciones. Pero no podían probar lo que alegaban. (Hecho de los Apóstoles 25, 7)

  • Entonces Festo, que quería ganarse la amistad de los judíos, preguntó a Pablo: «Si soy yo el que te va a juzgar, ¿quieres subir a Jerusalén?» (Hecho de los Apóstoles 25, 9)

  • Cuando estuve en Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos presentaron quejas contra él y me pidieron que lo condenara. (Hecho de los Apóstoles 25, 15)

  • Como yo me perdía en esos asuntos, le pregunté si quería ir a Jerusalén para ser juzgado allí sobre esas cosas. (Hecho de los Apóstoles 25, 20)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina