pronađen 1019 Rezultati za: Trono de David
se refiere a su Hijoque nació de la descendencia de David según la carne, (Carta a los Romanos 1, 3)
Así David felicita al que Dios cuenta entre los justos sin que sea el fruto de sus obras: (Carta a los Romanos 4, 6)
Y David dice: Que sus banquetes sean trampa y un lazo, una piedra donde caigan ellos mismos y encuentren ahí su castigo. (Carta a los Romanos 11, 9)
el rebelde que se pone por encima de todo lo que es considerado divino y sagrado, que incluso pondrá su trono en el templo de Dios para mostrar que él es Dios. (2º Carta a los Tesalonicenses 2, 4)
Acuérdate de Cristo Jesús, descendiente de David y resucitado de entre los muertos, según mi evangelio. (2º Carta a Timoteo 2, 8)
Al Hijo, en cambio, se le dice: Tu trono, oh Dios, permanece por siglos y siglos, y tu gobierno es gobierno de justicia. (Carta a los Hebreos 1, 8)
Por esta razón, mucho más tarde, Dios fija nuevamente un día que llama hoy, diciendo por boca de David lo que se recordó más arriba: Ojalá hoy escuchen la voz del Señor, no endurezcan su corazón. (Carta a los Hebreos 4, 7)
¿Qué más diré? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, lo mismo que de Samuel y de los profetas. (Carta a los Hebreos 11, 32)
Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios. (Carta a los Hebreos 12, 2)
Juan, a las siete Iglesias de Asia. Reciban gracia y paz de parte de Aquel que Es, que era y que viene, y de parte de los siete espíritus que están ante su trono, (Apocalipsis 1, 4)
Sé dónde vives, y ahí está el trono de Satanás. Pero te aferras firmemente a mi Nombre y no has renegado de tu fe ni siquiera cuando mataron a Antipas, mi fiel testigo, ahí donde vives, en esa tierra de Satanás. (Apocalipsis 2, 13)
Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Así habla el Santo, el Verdadero, el que guarda la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar, y si cierra, nadie puede abrir. (Apocalipsis 3, 7)