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  • habrá un tumulto en medio de tu pueblo; todas tus fortalezas serán devastadas, como Salmán devastó a Bet Arbel en el día del combate, cuando fue aplastada la madre con sus hijos. (Oseas 10, 14)

  • Publiquen esto entre las naciones: ¡Santifíquense para el combate! ¡Animen a los valientes! ¡Que se presenten y suban todos los hombres de guerra! (Joel 4, 9)

  • yo incendiaré los muros de Rabá y el fuego consumirá sus palacios, entre gritos de guerra, en un día de combate, entre la borrasca, en un día de tempestad; (Amós 1, 14)

  • de parte del Señor, un heraldo ha sido enviado a las naciones: "¡De pie! ¡Al asalto de la ciudad! ¡Al combate!". (Abdías 1, 1)

  • El escudo de sus valientes está enrojecido, sus guerreros visten de púrpura; los carros relucen con el fuego de los aceros mientras se los dispone para el combate; y los conductores se enardecen. (Nahún 2, 4)

  • Mi ira se ha encendido contra los pastores y yo castigaré a los machos cabríos. Cuando el Señor de los ejércitos visite a su rebaño -la casa de Judá- hará de ella su caballo de honor en el combate. (Zacarías 10, 3)

  • serán como héroes, que pisotean el barro de las calles en el combate; combatirán porque el Señor estará con ellos, mientras que los jinetes quedarán confundidos. (Zacarías 10, 5)

  • Entonces el Señor saldrá a combatir contra esas naciones, como cuando él combate en el día de la batalla. (Zacarías 14, 3)

  • Y si la trompeta emite un sonido confuso, ¿quién se lanzará al combate? (I Corintios 14, 8)

  • No, las armas de nuestro combate no son carnales, pero, por la fuerza de Dios, son suficientemente poderosas para derribar fortalezas. Por eso destruimos los sofismas (II Corintios 10, 4)

  • Después de ser maltratados e insultados en Filipos, como ya saben, Dios nos dio la audacia necesaria para anunciarles su Buena Noticia en medio de un penoso combate. (I Tesalonicenses 2, 2)

  • Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos. (I Timoteo 6, 12)


“Deus não opera prodígios onde não há fé.” São Padre Pio de Pietrelcina