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  • cuando empieza a hablar, dice insensateces, y cuando termina, las peores locuras; (Eclesiastés 10, 13)

  • Después se convertirán en un cadáver infame, objeto de oprobio eterno entre los muertos. El Señor los precipitará de cabeza, sin que puedan hablar, los arrancará de sus cimientos, y serán completamente exterminados: quedarán sumidos en el dolor, y desaparecerá hasta su recuerdo. (Sabiduría 4, 19)

  • Que Dios me conceda hablar con inteligencia, y que mis pensamientos sean dignos de los dones recibidos, porque él mismo es el guía de la Sabiduría y el que dirige a los sabios. (Sabiduría 7, 15)

  • terribles tiranos quedarán aterrados al oír hablar de mí; me mostraré bondadoso con mi pueblo y valiente en la guerra. (Sabiduría 8, 15)

  • No dejes de hablar cuando sea necesario, ni escondas tu sabiduría. (Eclesiástico 4, 23)

  • Porque la sabiduría se reconoce en las palabras, y la instrucción, en la manera de hablar. (Eclesiástico 4, 24)

  • Que no tengan que llamarte chismoso, y no seas insidioso al hablar, porque la vergüenza pesa sobre el ladrón y una severa condena sobre el que habla con doblez. (Eclesiástico 5, 14)

  • El charlatán es el terror de su ciudad y el desmedido al hablar se hace odioso. (Eclesiástico 9, 18)

  • El que no se modera al hablar, es un despiadado, y no te ahorrará ni los golpes ni las cadenas. (Eclesiástico 13, 12)

  • Antes de hablar, instrúyete, y cuídate antes de caer enfermo. (Eclesiástico 18, 19)

  • ¿Cómo se hará sabio el que maneja el arado y se enorgullece de empuñar la picana, el que guía los bueyes, trabaja con ellos, y no sabe hablar más que de novillos? (Eclesiástico 38, 25)

  • Yo abrí la boca para hablar: adquiéranla sin dinero; (Eclesiástico 51, 25)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina