pronađen 148 Rezultati za: cortina de entrada

  • Cada vez que Moisés se dirigía a la tienda, todo el pueblo se levantaba y se quedaba de pie a la entrada de su tienda, siguiendo con la vista a Moisés hasta que éste entraba en la tienda. (Exodo 33, 8)

  • Cuando Moisés entraba en la tienda, la columna de nube bajaba y se paraba a la entrada de la tienda, y el Señor hablaba con Moisés. (Exodo 33, 9)

  • El pueblo, al ver la columna de nube a la entrada de la tienda, se levantaba y se prosternaba, cada uno a la puerta de su tienda. (Exodo 33, 10)

  • el altar de los perfumes y sus barras; el óleo de la unción y el incienso perfumado y la cortina de entrada al tabernáculo; (Exodo 35, 15)

  • las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas y la cortina de entrada al atrio; (Exodo 35, 17)

  • Cada cortina medía doce metros y medio de largo por dos de ancho. La misma medida para todas. (Exodo 36, 9)

  • cada cortina medía quince metros de largo por dos de ancho. La misma medida para las once. (Exodo 36, 15)

  • Hicieron para la entrada de la tienda una cortina de lino fino trenzado, artísticamente recamada, de púrpura violeta, escarlata y carmesí. (Exodo 36, 37)

  • Hizo de bronce la pila y su pie, con los espejos de las mujeres que velaban a la entrada de la tienda de la reunión. (Exodo 38, 8)

  • En la entrada del atrio había una cortina en púrpura violeta, escarlata y carmesí, de lino fino trenzado, artísticamente recamado, de diez metros de larga por dos y medio de alta, igual que las cortinas del atrio. (Exodo 38, 18)

  • Unos tres mil cuatrocientos cincuenta kilos de plata se gastaron en la fundición de las basas del santuario y de la cortina, cien basas, a treinta y cuatro kilos y medio por basa. (Exodo 38, 27)

  • Con ellos se hicieron las basas de la entrada de la tienda de la reunión, el altar de bronce con su enrejado y todos sus utensilios, (Exodo 38, 30)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina