27. y a la puesta del sol, Josué mandó que los descolgaran de los árboles. Luego los arrojaron en la cueva donde habían estado escondidos, y a la entrada de la misma, pusieron grandes piedras que todavía están allí.





“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina