I Samuel, 25
36. Cuando Abigaíl llegó donde Nabal, estaba celebrando en su casa un banquete regio; estaba alegre su corazón y completamente borracho. No le dijo una palabra, ni grande ni pequeña, hasta el lucir del día.
36. Cuando Abigaíl llegó donde Nabal, estaba celebrando en su casa un banquete regio; estaba alegre su corazón y completamente borracho. No le dijo una palabra, ni grande ni pequeña, hasta el lucir del día.
“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina