22. Al levantarse de mañana brillaba el sol sobre las aguas y los moabitas vieron enfrente las aguas rojas como la sangre,





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina