1. ¡Ay de mí, que he venido a ser como en las recolecciones de verano, como en las rebuscas de la vendimia! ¡Ni un racimo que comer, ni una breva que tanto desea mi alma!





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina