Salmos, 77
3. En el día de la angustia acudo al Señor, alzo sin descanso mis manos en la noche y no encuentro consuelo;
3. En el día de la angustia acudo al Señor, alzo sin descanso mis manos en la noche y no encuentro consuelo;
“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina