65. Es que Yavé había dicho que morirían en el desierto y no quedó ninguno de ellos, excepto Caleb, hijo de Jefoné, y Josué, hijo de Nun.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina