Talált 500 Eredmények: 70 años de cautiverio

  • Entonces Dios se apartó de ellos y dejó que adoraran a los astros del cielo, como está escrito en el Libro de los Profetas: "¿Acaso me ofrecieron ustedes víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto? (Hecho de los Apóstoles 7, 42)

  • Allí encontró a un tal Eneas, que era paralítico y desde hacía ocho años yacía en una camilla. (Hecho de los Apóstoles 9, 33)

  • y durante unos cuarenta años los llevó por el desierto. (Hecho de los Apóstoles 13, 18)

  • Durante unos cuatrocientos cincuenta años les dio jueces, hasta el profeta Samuel. (Hecho de los Apóstoles 13, 20)

  • Entonces pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de Benjamín, que reinó cuarenta años. (Hecho de los Apóstoles 13, 21)

  • Hizo esto durante dos años, de tal manera que todos los habitantes de la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, pudieron escuchar la Palabra del Señor. (Hecho de los Apóstoles 19, 10)

  • Estén, pues, atentos, y recuerden que durante tres años no he dejado de aconsejar a cada uno de ustedes noche y día, incluso entre lágrimas. (Hecho de los Apóstoles 20, 31)

  • Entonces el gobernador dio la palabra a Pablo, que contestó: «Sé que has administrado esta nación durante muchos años, y esto me hace sentir muy confiado para exponer mi defensa. (Hecho de los Apóstoles 24, 10)

  • Después de muchos años he vuelto a traer ayuda a los de mi nación y a ofrecer sacrificios. (Hecho de los Apóstoles 24, 17)

  • Pasaron así dos años. Entonces Felix fue reemplazado por Porcio Festo, y como quería quedar bien con los judíos, dejó a Pablo preso. (Hecho de los Apóstoles 24, 27)

  • Pablo, pues, arrendaba esta vivienda privada y permaneció allí dos años enteros. Recibía a todos los que lo venían a ver, (Hecho de los Apóstoles 28, 30)

  • No vaciló en su fe, olvidando que su cuerpo ya no podía dar vida -tenía entonces unos cien años- y que su esposa Sara ya no podía tener hijos. (Carta a los Romanos 4, 19)


“Deus quer que as suas misérias sejam o trono da Sua misericórdia.” São Padre Pio de Pietrelcina