Talált 352 Eredmények: Desierto

  • Estas son las palabras que dijo Moisés a todo Israel, al otro lado del Jordán, en el desierto. Estaba en la Arabá frente a Suf, entre Parán y Tofel, entre Labam, Haserot y Dishab. (Deuteronomio 1, 1)

  • Al fin, habiendo partido del Horeb, enfrentamos aquel enorme y temible desierto que vieron, camino de la montaña del amorreo, como Yavé nos lo mandaba, y llegamos a Cadés Barné. (Deuteronomio 1, 19)

  • y en el desierto. Han visto cómo los llevó durante todo el camino, como un padre lleva a su hijo, hasta que llegamos a este lugar . (Deuteronomio 1, 31)

  • Pero ustedes vuelvan atrás y partan hacia el desierto del Mar Rojo . (Deuteronomio 1, 40)

  • Luego volvimos al desierto por el camino del Mar Rojo, como Yavé me había ordenado, y anduvimos largo tiempo rodeando los cerros de Seir. (Deuteronomio 2, 1)

  • Piensen que Yavé nos ha bendecido en todas nuestras obras; él había previsto nuestro camino por el desierto y hace ya cuarenta años que Yavé está con ustedes, sin que nada les haya faltado . (Deuteronomio 2, 7)

  • Pasamos, pues, por el lado de nuestros hermanos, los hijos de Esaú que habitan en Seír. Dejamos el camino que lleva a la Arabá desde Elat y Asión Gaber y avanzamos por el camino del desierto de Moab. (Deuteronomio 2, 8)

  • Del desierto de Quedemot envié mensajeros a Sijón, rey de Jesbón, con estas palabras de paz: (Deuteronomio 2, 26)

  • Estas fueron las ciudades: Basar, en la meseta del desierto, para la tribu de Rubén; Ramot, en Galaad, para la tribu de Gad, y Golán, en Basán, para la tribu de Manasés. (Deuteronomio 4, 43)

  • Acuérdate del camino que Yavé, tu Dios, te hizo recorrer en el desierto por espacio de cuarenta años. Te hizo pasar necesidad para probarte y conocer lo que había en tu corazón, si ibas o no a guardar sus mandamientos. (Deuteronomio 8, 2)

  • y que te ha conducido a través de este desierto grande y terrible, lleno de serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra árida donde no hay agua. Pero para ti la hizo brotar de una roca dura, (Deuteronomio 8, 15)

  • y te alimentó en el desierto con el maná, que no conocían tus padres. Así que te hizo pasar necesidad y te puso a prueba, para colmarte mejor después. (Deuteronomio 8, 16)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina