Talált 53 Eredmények: Escucho

  • No escuchó el rey al pueblo, pues se trataba de una intervención de Dios para dar cumplimiento a la promesa que Yavé había hecho a Jeroboam, hijo de Nabat, por medio de Ajías de Silo. (2 Crónicas 10, 15)

  • Ben-Hadad escuchó al rey Asá y envió a los jefes de su ejército contra las ciudades de Israel; conquistó Iyón, Dan, Abel-Maim y todos los depósitos de las ciudades situadas en Neftalí. (2 Crónicas 16, 4)

  • Pero Amasías no lo escuchó, pues Dios había decidido entregarlo en manos de sus enemigos, por haberse dirigido a los dioses de Edom. (2 Crónicas 25, 20)

  • Y Yavé escuchó a Ezequías y no castigó al pueblo por este incumplimiento. (2 Crónicas 30, 20)

  • Rezó a él y Dios accedió, escuchó su oración y le concedió que volviera a Jerusalén y reinara nuevamente. Entonces supo Manasés que sólo Yavé es Dios. (2 Crónicas 33, 13)

  • Cuando el rey escuchó las palabras de la Ley, rasgó sus vestidos (2 Crónicas 34, 19)

  • Pero Josías no se apartó de él, pues estaba decidido a darle batalla, y no escuchó las palabras de Nekó, que venían de boca de Dios. Y avanzó para librar batalla en la llanura de Meguidó. (2 Crónicas 35, 22)

  • Por eso ayunamos y pedimos a nuestro Dios por esta intención, y él nos escuchó. (Esdras 8, 23)

  • Alguien está... no distingo su cara, pero veo una figura ante mis ojos. Hay silencio... luego escucho hablar en voz baja: (Job 4, 16)

  • Este pobre gritó y el Señor lo escuchó, y lo salvó de todas sus angustias. (Salmos 34, 7)

  • Esperaba, esperaba al Señor, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor, (Salmos 40, 2)

  • Pero Dios me escuchó y atendió a la voz de mi plegaria. (Salmos 66, 19)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina