Talált 859 Eredmények: Gad

  • mientras que las de Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí estarán en el monte Ebal para repetir las maldiciones. (Deuteronomio 27, 13)

  • Tu buey será sacrificado delante de ti y no comerás de él. Ante tus ojos te robarán tu burro y no te lo devolverán, tus ovejas serán entregadas a tus enemigos y nadie te defenderá. (Deuteronomio 28, 31)

  • Tus hijos y tus hijas serán entregados a pueblos extranjeros y enfermerás con tanto mirar hacia ellos, pero no podrás hacer nada. (Deuteronomio 28, 32)

  • pero los derrotamos a todos y nos apoderamos de sus tierras, que dimos a Rubén, a Gad y a la media tribu de Manasés. (Deuteronomio 29, 7)

  • Ha llegado la hora de entrar en la Alianza de Yavé, tu Dios, mediante el juramento. (Deuteronomio 29, 11)

  • Las generaciones futuras, los que nacerán después de ustedes, el extranjero llegado de un país lejano, verán las plagas de esta tierra y las enfermedades con que Yavé la castigará, (Deuteronomio 29, 21)

  • porque se han ido a servir a otros dioses y los han adorado, dioses que no eran suyos y a quienes Yavé no había encargado. (Deuteronomio 29, 25)

  • Todo lo contrario, mi palabra ha llegado bien cerca de ti; ya la tienes en la boca y la sabes de memoria, y sólo hace falta ponerla en práctica. (Deuteronomio 30, 14)

  • Así, pues, cuando les haya entregado estas naciones ustedes harán lo mismo, según les tengo mandado. (Deuteronomio 31, 5)

  • Aquel día me enojaré contra ellos, los abandonaré y les ocultaré mi rostro; entonces no les quedará más que ser devorados, y los alcanzarán muchos males y adversidades. Aquel día dirán: ¿No me habrán llegado estos males porque mi Dios ya no está en medio de nosotros? (Deuteronomio 31, 17)

  • Sacrificaron, no a Dios, sino a demonios. a dioses que no eran suyos, dioses nuevos, recién llegados, a los que nunca veneraron sus padres. (Deuteronomio 32, 17)

  • Un solo enemigo persigue a mil de ellos y dos ponen en fuga a diez mil, ¿no será porque su Roca los ha vendido, porque Yavé los ha entregado? (Deuteronomio 32, 30)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina