Talált 141 Eredmények: Incienso

  • Hizo el óleo de la consagración y el incienso aromático, obra de perfumista. (Exodo 37, 29)

  • el altar de oro, el óleo de la unción, el incienso aromático y la cortina para la entrada de la tienda; (Exodo 39, 38)

  • Colocarás el altar de oro para el incienso delante del Arca de la Alianza y colgarás la cortina a la entrada de la Morada. (Exodo 40, 5)

  • y quemó sobre él incienso aromático, como Yavé había mandado a Moisés. (Exodo 40, 27)

  • «Cuando alguien ofrezca a Yavé una ofrenda, ésta consistirá en flor de harina, sobre la que derramará aceite y pondrá incienso. (Levítico 2, 1)

  • La llevará a los hijos de Aarón, a los sacerdotes; el sacerdote tomará un puñado de harina con aceite y todo el incienso; luego lo quemará en el altar para que Dios se acuerde de aquel que ofrece. Es un sacrificio por el fuego de calmante aroma para Yavé. (Levítico 2, 2)

  • Echarás por encima aceite e incienso, por ser una ofrenda. (Levítico 2, 15)

  • El sacerdote quemará en tu nombre parte del grano molido y del aceite, con todo el incienso. Es un sacrificio por el fuego para Yavé. (Levítico 2, 16)

  • El sacerdote teñirá con la sangre los cuernos del altar del incienso aromático para Yavé que está en la Tienda de las Citas, y vaciará el resto de la sangre al pie del altar de los holocaustos, a la entrada de la Tienda de las Citas. (Levítico 4, 7)

  • Si a esta persona tampoco le alcanza para ofrecer dos tórtolas o dos pichones, ofrecerá por su pecado, para que se le perdone, una décima parte de flor de harina. No le pondrá aceite, ni pondrá encima incienso, pues es ofrenda por el pecado. (Levítico 5, 11)

  • El sacerdote tomará de la ofrenda un puñado de flor de harina mezclada con aceite y todo el incienso que haya puesto encima, y lo quemará en el altar para Yavé en nombre del que la ofreció. (Levítico 6, 8)

  • Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en ellos y, sobre este fuego, incienso que ofrecieron a Yavé. Pero este fuego no correspondía a sus órdenes. (Levítico 10, 1)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina