Talált 110 Eredmények: adorar a baal

  • No he encontrado más que estupidez en los profetas de Samaria: profetizaron en nombre de Baal y extraviaron a mi pueblo Israel. (Jeremías 23, 13)

  • Pretenden, con los sueños que unos a otros se cuentan, hacer olvidar mi Nombre a mi pueblo, como sus padres se olvidaron de mi Nombre por seguir a Baal. (Jeremías 23, 27)

  • los caldeos, que están atacando a esta ciudad, entrarán y le prenderán fuego; arderán todas las casas en cuyas terrazas se quemó incienso a Baal y se derramó vino en honor de otros dioses, para provocarme. (Jeremías 32, 29)

  • Han construido, además, altares a Baal, en el valle de Ben-Hinón, para quemar en el fuego a sus hijos e hijas en honor a Moloc, cosa que yo jamás les ordené, ni tampocose me pasó por la mente que practicarían tales infamias para hacer pecar a Judá.» (Jeremías 32, 35)

  • Esto les pasó por culpa de los crímenes que cometieron para molestarme, yendo a incensar y adorar a dioses extranjeros, que no conocían ni ellos, ni ustedes ni sus padres. (Jeremías 44, 3)

  • Cuando vean, pues, detrás y delante de ellos la turba que los adora, digan allá en su corazón: ¡Oh Señor, sólo a ti se debe adorar! (Baruc 6, 5)

  • Por eso mismo abriré el flanco de Moab y arrasaré de una frontera a otra con esas ciudades que son el ornato del país: Bet-Jerimot, Baal-Meón y Cariataim. (Ezequiel 25, 9)

  • en el momento en que oigan la trompeta, la flauta, la cítara, la sambuca, el salterio, la zampoña y cualquier música, ustedes tendrán que postrarse y adorar la estatua de oro erigida por el rey Nabucodonosor. (Daniel 3, 5)

  • ¿Están dispuestos ahora, cuando oigan el son de la trompeta y demás instrumentos musicales, a postrarse y adorar la estatua que he fabricado? Si no, serán inmediatamente arrojados al horno ardiente. Y entonces, ¿qué Dios los podrá librar de mis manos? (Daniel 3, 15)

  • Nabucodonosor exclamó: «Bendito sea el Dios de Sidrac, Misac y Abdénago que envió a su ángel a librar a sus siervos que, confiando en él, desobedecieron la orden del rey y entregaron su cuerpo al fuego antes que servir y adorar a ningún otro fuera de su Dios (Daniel 3, 95)

  • Ella no veía que era yo el que le daba el trigo, el vino y el aceite y quien le proporcionaba en abundancia la plata y el oro que empleó para fabricar el Baal. (Oseas 2, 10)

  • Israel fue para mí como uva silvestre encontrada en el desierto, y sus padres me parecieron como si fueran las primeras brevas; pero no bien habían llegado a Baal-Peor, se vendieron al ídolo y se hicieron tan aborrecibles como el ídolo que amaban. (Oseas 9, 10)


“A mansidão reprime a ira.” São Padre Pio de Pietrelcina