Talált 13 Eredmények: cancion

  • Ahora, sin embargo, les sirvo de canción y soy objeto de sus burlas. (Job 30, 9)

  • Se ríen de mí los que se sientan en la plaza, y a los bebedores doy un tema de canción. (Salmos 69, 13)

  • Allí los que nos habían deportado nos pedían palabras de una canción y nuestros raptores, un canto de alegría: "¡Cántennos un canto de Sión!" (Salmos 137, 3)

  • ¿Tomarías su manto en un día de invierno, derramarías vinagre en su herida? No entones una canción alegre delante de los que sufren. (Proverbios 25, 20)

  • Más vale escuchar la reprensión del un sabio que la canción de los tontos; (Eclesiastés (Qohelet) 7, 5)

  • Déjenme cantar, en nombre de mi amigo, la canción de mi amigo por su viña. Una viña tenía mi amigo en una loma fértil. (Isaías 5, 1)

  • ¡Vean cómo es él, el Dios que me salva! En él confío y no tengo más miedo, pues Yavé es mi fuerza y mi canción, él ha sido mi salvación. (Isaías 12, 2)

  • Entonces Tiro será olvidada durante setenta años, esto es la duración de un reinado. Pero al cabo de los setenta años, a Tiro le pasará lo mismo que a la prostituta de la canción: (Isaías 23, 15)

  • Que se apresuren en entonarnos una canción fúnebre. Dejen que lloren nuestros ojos y que derramen llanto nuestros párpados. (Jeremías 9, 17)

  • gritos de gozo y de alegría, canción del novio y de la novia, voz de los que traigan sacrificios de alabanza a la Casa de Yavé. Y dirán éstos: «Alaben a Yavé porque es bueno, porque es eterno su amor.» Pues haré volver a los que fueron desterrados, y estarán como antes. (Jeremías 33, 11)

  • Todas tus mujeres que han quedado en el palacio del rey de Judá son llevadas a los generales del rey de Babilonia, y se burlan de ti con esta canción: «Te han engañado tus buenos amigos; al hundirse tus pies en el fango, ellos te abandonaron.» (Jeremías 38, 22)

  • Tú eres para ellos como una canción que les gusta:¡la voz es hermosa y canta bien! Escuchan tus palabras pero no hacen nada. (Ezequiel 33, 32)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina