Talált 946 Eredmények: descendencia de David

  • David se entretenía con leones y con osos como si fueran cabritos o corderitos. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 3)

  • Después de tantas hazañas, David rindió homenaje al Santo, al Altísimo, con cánticos de alanbanz; le entonó himnos con todo su corazón; se sentía contento por lo que le había hecho. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 8)

  • David puso delante del altar a los cantores con arpas para que dejaran oír sus voces melodiosas. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 9)

  • David tuvo por sucesor a un hijo lleno de sabiduría; gracias a su padre, vivió a sus anchas. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 12)

  • Manchaste así tu gloria y deshonraste du descendencia; atrajiste la Cólera sobre tus hijos, y tu locura los hundió en la desgracia. (Sirácides (Eclesiástico) 47, 20)

  • Sólo quedó un pueblo muy pequeño, con un soberano de la casa de David. De esos reyes, unos hicieron lo que le agrada al Señor, pero otros multiplicaron sus pecados. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 16)

  • Porque Ezequías hacía lo que le gusta al Señor; se atuvo firmemente a los ejemplos de David, su padre. El profeta Isaías, que fue tan grande y cuyas visiones no engañaban a nadie, se encargaba de enseñárselos. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 22)

  • Fuera de David, Ezequías y Josías, todos los demás no hicieron más que multiplicar sus pecados. Los reyes de Judá abandonaron la ley del Altísimo y por eso fueron abandonados. (Sirácides (Eclesiástico) 49, 4)

  • Cuando llevaron esta noticia al palacio de David: «Los de Aram están acampados en el territorio de Efraím», el corazón del rey y de la gente se puso a palpitar como se estremecen los árboles del bosque movidos por el viento. (Isaías 7, 2)

  • Entonces Isaías dijo: «¡Oigan, herederos de David! ¿No les basta molestar a todos, que también quieren cansar a mi Dios? (Isaías 7, 13)

  • El imperio crece con él y la prosperidad no tiene límites, para el trono de David y para su reino: El lo establece y lo afianza por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. Sí, así será, por el amor celoso de Yavé Sabaot. (Isaías 9, 6)

  • No tendrás la sepultura de los reyes, porque has desolado tu tierra y asesinado a tu pueblo: nadie, en adelante, se acordará de la descendencia de los malhechores. (Isaías 14, 20)


“Diga ao Senhor: Faça em mim segundo a Tua vontade, mas antes de mandar-me o sofrimento, dê-me forças para que eu possa sofrer com amor.”. São Padre Pio de Pietrelcina