Talált 1014 Eredmények: libro de la vida

  • Más todavía, todas las enfermedades y plagas que no se mencionan en este libro de la Ley, te las mandará Yavé hasta aniquilarte. (Deuteronomio 28, 61)

  • Tu vida estará ante ti como pendiente de un hilo y andarás asustado de noche y de día. (Deuteronomio 28, 66)

  • Yavé no lo perdonará. Su furor y sus celos se encenderán contra este hombre, al que acecharán todas las maldiciones escritas en este libro. Yavé borrará su nombre de debajo de los cielos (Deuteronomio 29, 19)

  • y lo separará de todas las tribus de Israel para su desgracia, conforme a todas las maldiciones de la Alianza expresadas en este libro de la Ley. (Deuteronomio 29, 20)

  • Por eso se ha encendido la ira de Yavé contra ese país hasta traer sobre él toda la maldición escrita en este libro. (Deuteronomio 29, 26)

  • porque tú habrás vuelto a Yavé, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, y guardarás sus mandamientos y sus normas, en una palabra, lo que está escrito en el libro de esta ley. (Deuteronomio 30, 10)

  • Mira que te he ofrecido en este día el bien y la vida, por una parte, y por la otra, el mal y la muerte. Lo que hoy te mando es que tú ames a Yavé, tu Dios, y sigas sus caminos. (Deuteronomio 30, 15)

  • Que los cielos y la tierra escuchen y recuerden lo que acabo de decir; te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia. (Deuteronomio 30, 19)

  • Escribe, pues, este libro y enséñaselo a los hijos de Israel para que lo recen de memoria. Este cántico me servirá de testimonio contra los hijos de Israel. (Deuteronomio 31, 19)

  • Cuando terminó de escribir en un libro las palabras de esta Ley, (Deuteronomio 31, 24)

  • «Tomen el libro de esta Ley y pónganlo al lado del Arca de la Alianza de Yavé, nuestro Dios. Allí quedará como testimonio contra ustedes. (Deuteronomio 31, 26)

  • Vean ahora que Yo, sólo Yo soy, y que no hay más Dios que yo. Yo doy la muerte y la vida, yo hiero, y soy yo mismo el que sano, y no hay quien se libre de mi mano. (Deuteronomio 32, 39)


“A meditação não é um meio para chegar a Deus, mas um fim. A finalidade da meditação é o amor a Deus e ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina