Talált 616 Eredmények: palabras

  • Pero el rey de Israel contestó:«¡Palabras! No se canta victoria antes de la batalla.» Este mensaje llegó a Ben-Hadad cuando estaba bebiendo con los príncipes en su tienda de campaña. (1 Reyes 20, 11)

  • Cuando Ajab oyó estas palabras, rasgó sus ropas y se puso un saco sobre el cuerpo, ayunó y se acostó con el saco puesto, y andaba cabizbajo. (1 Reyes 21, 27)

  • El rey les preguntó: «¿Qué aspecto tenía el hombre que les salió al paso y les dijo esas palabras?» (2 Reyes 1, 7)

  • Volvió el rey a enviarle un tercer jefe con cincuenta hombres. Este, al llegar, cayó de rodillas ante Elías y le dirigió estas palabras: «Hombre de Dios, te ruego que me perdones, así como a mis cincuenta hombres; todos somos siervos tuyos. (2 Reyes 1, 13)

  • Se la trajeron. Eliseo fue al manantial de las aguas y arrojó en ellas la sal con estas palabras: «Así dice Yavé: Yo he sanado estas aguas; de aquí no saldrá más muerte o enfermedad.» (2 Reyes 2, 21)

  • Uno de los oficiales dijo: «No, rey mi señor, nadie de nosotros te ha traicionado, sino que Eliseo, el profeta que hay en Israel, revela a su rey hasta las palabras que tú has dicho en tu dormitorio.» (2 Reyes 6, 12)

  • Cuando el rey oyó las palabras de la mujer, rasgó sus vestiduras. Estaba sobre la muralla y el pueblo vio que bajo su túnica llevaba un saco. (2 Reyes 6, 30)

  • Sepan, pues, que no quedará sin efecto ninguna de las palabras que Yavé dijo contra la familia de Ajab. Acaba de cumplirse lo que dijo por boca de su siervo Elías.» (2 Reyes 10, 10)

  • Pero ellos no hicieron caso a las palabras de Yavé, como habían acostumbrado hacer. (2 Reyes 17, 40)

  • ¿En qué te confías? ¿Acaso crees que las palabras valen la sabiduría y pueden reemplazar la fuerza en el combate? ¿En quién te apoyas para rebelarte contra mí? (2 Reyes 18, 20)

  • Entonces el general se puso de pie y hablando en alta voz pronunció en judío estas palabras: (2 Reyes 18, 28)

  • Después de esto, Elyaquim, hijo de Helcías, mayordomo del palacio, el secretario Sobna y Joaj, hijo de Asaf, canciller, volvieron a Ezequías con sus vestiduras rasgadas y le contaron las palabras de Rabsaces. (2 Reyes 18, 37)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina