Talált 53 Eredmények: señales

  • De todos modos, muchos del pueblo creyeron en él y decían: «Cuando venga el Mesías, ¿hará más señales milagrosas que este hombre?» (Evangelio según San Juan 7, 31)

  • Aunque había hecho tantas señales delante de ellos, no creían en él. (Evangelio según San Juan 12, 37)

  • Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están escritas en este libro. (Evangelio según San Juan 20, 30)

  • Haré prodigios arriba en el cielo y señales milagrosas abajo en la tierra. (Hecho de los Apóstoles 2, 19)

  • Israelitas, escuchen mis palabras: Dios acreditó entre ustedes a Jesús de Nazaret. Hizo que realizara entre ustedes milagros, prodigios y señales que ya conocen. (Hecho de los Apóstoles 2, 22)

  • Toda la gente sentía un santo temor, ya que los prodigios y señales milagrosas se multiplicaban por medio de los apóstoles. (Hecho de los Apóstoles 2, 43)

  • mientras tú manifiestas tu poder y das grandes golpes, realizando curaciones, señales y prodigios por el Nombre de tu santo siervo Jesús.» (Hecho de los Apóstoles 4, 30)

  • Por obra de los apóstoles se producían en el pueblo muchas señales milagrosas y prodigios. Los creyentes se reunían de común acuerdo en el pórtico de Salomón, (Hecho de los Apóstoles 5, 12)

  • Esteban, hombre lleno de gracia y de poder, realizaba grandes prodigios y señales milagrosas en medio del pueblo. (Hecho de los Apóstoles 6, 8)

  • Y los hizo salir de aquel país, realizando prodigios y señales en Egipto, en el mar Rojo y en el desierto durante cuarenta años. (Hecho de los Apóstoles 7, 36)

  • Incluso Simón creyó y se hizo bautizar. No se separaba de Felipe, y no salía de su asombro al ver las señales milagrosas y los prodigios que se realizaban . (Hecho de los Apóstoles 8, 13)

  • Con todo, permanecieron allí un buen número de días. Predicaban sin miedo, confiados en el Señor, el que confirmaba este anuncio de su gracia con las señales milagrosas y los prodigios que les concedía realizar. (Hecho de los Apóstoles 14, 3)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina