Talált 105 Eredmények: soldados romanos

  • Pues bien, Nicanor, queriendo mostrar su odio contra los judíos, mandó más de quinientos soldados a tomarlo preso. (2 Macabeos 14, 39)

  • Cuando ya los soldados estaban a punto de ocupar la torre y forzar la puerta de entrada (ya mandaban a buscar fuego para incendiarla), Razis, rodeado por todas partes, se hirió en el vientre con su espada. (2 Macabeos 14, 41)

  • Pero a causa de su precipitación, no había acertado el golpe y al ver que las tropas ya entraban por las puertas, reunió sus fuerzas para subir a lo alto del muro y se arrojó varonilmente encima de los soldados. (2 Macabeos 14, 43)

  • Las deja sin oficiales ni soldados, sin juez ni profeta; sin adivino ni anciano, (Isaías 3, 2)

  • ¡Que den aullidos en la alcaldía, que grite la ciudad! Filistea entera se queda sin ánimo. Porque por el norte se levanta una humareda, ¡y nadie de sus soldados abandona las filas! (Isaías 14, 31)

  • Cuando Sedecías, rey de Judá, y todos sus soldados los vieron allí, huyeron de noche, saliendo de la ciudad por el camino del parque real, que pasa por la puerta que está entre las dos murallas, y se dirigieron hacia el valle del Jordán. (Jeremías 39, 4)

  • Ismael asesinó también a todos los judíos que estaban comiendo con Godolías y a los soldados caldeos que estaban allí. (Jeremías 41, 3)

  • ¡A la carga, la caballería! ¡Al asalto, los carros! Adelante, soldados de Etiopía, y de Libia, que manejan escudos, y ustedes los de Libia, que tiran flechas con el arco.» (Jeremías 46, 9)

  • Las ciudades son conquistadas y las fortalezas ocupadas; el corazón de los soldados de Moab ha pasado a ser como el corazón de una mujer que da a luz. (Jeremías 48, 41)

  • Sí, es cierto, sus jóvenes caerán en sus plazas y todos sus soldados perecerán aquel día, dice Yavé de los Ejércitos. (Jeremías 49, 26)

  • Por eso sus jóvenes caerán en sus plazas y sus soldados perecerán aquel día, dice Yavé. (Jeremías 50, 30)

  • ¡Espada para sus adivinos, para que se vuelvan tontos! ¡Espada para sus soldados, para que se acobarden! (Jeremías 50, 36)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina