Talált 105 Eredmények: soldados romanos

  • «No la rompamos, echémosla más bien a suertes, a ver a quién le toca.» Así se cumplió la Escritura que dice: Se repartieron mi ropa y echaron a suertes mi túnica. Esto es lo que hicieron los soldados. (Evangelio según San Juan 19, 24)

  • Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas de los dos que habían sido crucificados con Jesús. (Evangelio según San Juan 19, 32)

  • sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante salió sangre y agua. (Evangelio según San Juan 19, 34)

  • Después de detenerlo lo hizo encerrar en la cárcel bajo la vigilancia de cuatro piquetes de cuatro soldados cada uno, pues su intención era juzgarlo ante el pueblo después de la Pascua. (Hecho de los Apóstoles 12, 4)

  • Llegaba el día en que Herodes iba a hacerlo comparecer; aquella misma noche Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas, y otros guardias custodiaban la puerta de la cárcel. (Hecho de los Apóstoles 12, 6)

  • Al amanecer no fue poco el alboroto entre los soldados: ¿Qué había pasado con Pedro? (Hecho de los Apóstoles 12, 18)

  • predican unas costumbres que a nosotros, los romanos, no nos está permitido aceptar ni practicar.» (Hecho de los Apóstoles 16, 21)

  • Pero Pablo le contestó: «A nosotros, ciudadanos romanos, nos han azotado públicamente y nos han metido en la cárcel sin juzgarnos, ¿y ahora quieren echarnos fuera a escondidas? Eso no. Que vengan ellos a sacarnos.» (Hecho de los Apóstoles 16, 37)

  • Los oficiales transmitieron esto a los magistrados, que se llenaron de miedo al escuchar que eran ciudadanos romanos. (Hecho de los Apóstoles 16, 38)

  • En seguida tomó consigo algunos oficiales y soldados y bajaron corriendo hacia la multitud. Al ver al comandante y a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. (Hecho de los Apóstoles 21, 32)

  • Al llegar a las escalinatas, los soldados tuvieron que levantarlo y llevarlo en hombros a causa de la violencia de la multitud, (Hecho de los Apóstoles 21, 35)

  • La discusión se hizo tan violenta que el capitán tuvo miedo de que despedazaran a Pablo. Ordenó, entonces, que vinieran los soldados, sacaran a Pablo de allí y lo llevaran de nuevo a la fortaleza. (Hecho de los Apóstoles 23, 10)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina