Talált 37 Eredmények: ternero

  • Luego hablarás a los hijos de Israel para decirles: Tomen un macho cabrío para el sacrificio por el pecado y un ternero y un cordero, ambos de un año y sin defecto, para el holocausto; (Levítico 9, 3)

  • para el sacrificio de comunión, un ternero y un carnero que se sacrificarán ante Yavé; y además una ofrenda amasada con aceite, pues hoy Yavé se manifestará delante de ustedes.» (Levítico 9, 4)

  • Acercándose Aarón al altar sacrificó el ternero por su propio pecado. (Levítico 9, 8)

  • Sacrificó asimismo el ternero y el carnero como sacrificios de comunión por el pueblo. Los hijos de Aarón le entregaron la sangre, que él derramó en el altar y en su derredor. (Levítico 9, 18)

  • En cuanto a las grasas del ternero y del carnero, el rabo, la grasa que cubre las entrañas, los riñones y la telilla del hígado, (Levítico 9, 19)

  • Cualquier hombre del pueblo de Israel que sacrifique un ternero, una oveja o una cabra dentro del campamento o fuera del mismo, (Levítico 17, 3)

  • «Cuando nazca un ternero, cordero o cabrito, quedará con su madre siete días; desde el día octavo será aceptado como ofrenda por el fuego para Yavé. (Levítico 22, 27)

  • y vi que habían pecado contra Yavé, su Dios, y que se habían hecho un ternero de metal. Muy rápido se habían desviado del camino que Yavé les había enseñado. (Deuteronomio 9, 16)

  • En cuanto al pecado, ese ternero que ustedes se habían hecho, lo eché al fuego, lo hice pedazos y lo molí hasta reducirlo a polvo. Luego tiré el polvo al arroyo que baja de la montaña. (Deuteronomio 9, 21)

  • La mujer tenía un ternero gordo en casa y se apresuró a sacrificarlo; luego tomó harina e hizo panes sin levadura y sirvió esta cena a Saúl y a sus acompañantes, que comieron y se marcharon aquella misma noche. (1 Samuel 28, 24)

  • Después de dar los seis primeros pasos con el Arca, sacrificaron un buey y un ternero cebado. (2 Samuel 6, 13)

  • Este fue el origen del pecado. El pueblo llevó su ternero en procesión hasta Dan. (1 Reyes 12, 30)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina