Talált 110 Eredmények: Ofrendas

  • para el pan de la ofrenda y la oblación perpetua, para el holocausto diario y los sacrificios del sábado, de las neomenias y solemnidades, para las ofrendas consagradas y los sacrificios de expiación por los pecados de Israel, en una palabra, para todo el servicio de la Casa de nuestro Dios. (Nehemías 10, 34)

  • Porque en esos depósitos los israelitas y los hijos de Leví colocarán las ofrendas de trigo, de vino nuevo y aceite fresco. Allí están también los utensilios del Santuario, los sacerdotes que prestan servicio, los porteros y los cantores. Así no descuidaremos la Casa de nuestro Dios. (Nehemías 10, 40)

  • Todo Israel, en tiempos de Zorobabel y de Nehemías, daba día tras día las porciones asignadas a los cantores y porteros. También se daba a los levitas las ofrendas santas, y estos entregaban su parte a los hijos de Aarón. (Nehemías 12, 47)

  • había acondicionado para este una habitación amplia, donde antes se depositaban las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del trigo, del vino nuevo y del aceite fresco, o sea, lo que estaba mandado para los levitas, los cantores y los porteros, y lo reservado para los sacerdotes. (Nehemías 13, 5)

  • Luego mandé purificar las habitaciones e hice poner de nuevo allí los utensilios de la Casa de Dios, las ofrendas y el incienso. (Nehemías 13, 9)

  • Brillará una luz resplandeciente hasta los confines de la tierra; pueblos numerosos llegarán a ti desde lejos, y los habitantes de todos los extremos de la tierra vendrán hacia tu santo Nombre, con las manos llenas de ofrendas para el Rey del Cielo. Todas las generaciones manifestarán en ti su alegría, y el nombre de la Ciudad elegida permanecerá para siempre. (Tobías 13, 13)

  • Apenas llegaron a Jerusalén, todos adoraron a Dios y, una vez que el pueblo se purificó, ofrecieron sus holocaustos, sus ofrendas voluntarias y sus dones. (Judit 16, 18)

  • que se acuerde de todas tus ofrendas y encuentre aceptables tus holocaustos. Pausa (Salmos 20, 4)

  • Acepta, Señor, las ofrendas de mis labios, y enséñame tus decisiones. (Salmos 119, 108)

  • Así como Moisés oró al Señor y bajó fuego del Cielo, que devoró las ofrendas del sacrificio, así también cuando oró Salomón, bajó fuego y consumió la víctima. (II Macabeos 2, 10)

  • Los mismos hechos se narraban en los archivos y en las Memorias de Nehemías, donde se relataba, además, cómo este fundó una biblioteca, en la que reunió los libros que tratan de los reyes, los libros de los profetas y los de David, así como también las cartas de los reyes sobre las ofrendas. (II Macabeos 2, 13)

  • El altar estaba repleto de ofrendas ilegítimas, proscritas por la Ley. (II Macabeos 6, 5)


“Pense em Jesus flagelado por amor a você, e ofereça com generosidade um sacrifício a Ele”. São Padre Pio de Pietrelcina