Talált 64 Eredmények: Pone

  • Como la fragua pone a prueba el temple del acero, el vino prueba al hombre en las disputas de los prepotentes. (Eclesiástico 31, 26)

  • Mientras se bebe vino, no reprendas a tu prójimo ni lo humilles si se pone alegre; no le dirijas palabras injuriosas ni lo importunes con reclamos. (Eclesiástico 31, 31)

  • y te diga: "Vas por el buen camino", mientras se pone enfrente a ver qué te pasa. (Eclesiástico 37, 9)

  • Él pone todo su empeño en abrir los surcos y se desvela por dar forraje a las terneras. (Eclesiástico 38, 26)

  • Lo mismo pasa con el herrero, sentado junto al yunque, con la atención fija en el hierro que forja: el vaho del fuego derrite su carne y él se debate con el calor de la fragua; el ruido del martillo ensordece sus oídos y sus ojos están fijos en el modelo del objeto; pone todo su empeño en acabar sus obras y se desvela por dejarlas bien terminadas. (Eclesiástico 38, 28)

  • con su brazo modela la arcilla y con los pies vence su resistencia; pone todo su empeño en acabar el barnizado y se desvela por limpiar el horno. (Eclesiástico 38, 30)

  • Una niebla repentina pone remedio a todo eso, y el rocío refresca después del viento abrasador. (Eclesiástico 43, 22)

  • El Señor se levanta para un juicio, se pone de pie para juzgar a su pueblo. (Isaías 3, 13)

  • Se pone la mesa, se extiende el tapiz, se come, se bebe. ¡De pie, príncipes, engrasen el escudo! (Isaías 21, 5)

  • Nadie apela con justa razón ni va a juicio de buena fe; se pone la confianza en palabras vacías y se habla con falsedad; se está grávido de malicia y se da a luz la iniquidad. (Isaías 59, 4)

  • No te dirán más "¡Abandonada!", ni dirán más a tu tierra "¡Devastada!", sino que te llamarán "Mi deleite", y a tu tierra "Desposada". Porque el Señor pone en ti su deleite y tu tierra tendrá un esposo. (Isaías 62, 4)

  • ¡Abandonen las ciudades y habiten en las rocas, habitantes de Moab! ¡Hagan como la paloma que pone su nido en las laderas de un barranco! (Jeremías 48, 28)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina