Talált 275 Eredmények: Salomón

  • como asimismo los centros de aprovisionamiento que tenía Salomón, las ciudades para los carros de guerra y la caballería, y todas las demás construcciones que Salomón quiso levantar en Jerusalén, en el Líbano y en todo el país sometido a su dominio. (I Reyes 9, 19)

  • -es decir, a sus descendientes, que habían quedado después de ellos en el país, porque los israelitas no habían podido consagrarlos al exterminio total- Salomón les impuso trabajos forzados hasta el día de hoy. (I Reyes 9, 21)

  • Los supervisores de los capataces puestos al frente de las obras de Salomón eran ciento cincuenta hombres, que dirigían al personal ocupado en los trabajos. (I Reyes 9, 23)

  • Una vez que la hija del Faraón pasó de la Ciudad de David a la casa que le había edificado Salomón, este levantó el Terraplén. (I Reyes 9, 24)

  • En cuanto a Guézer, el Faraón, rey de Egipto, la había atacado y conquistado, la había incendiado y matado a todos los cananeos que vivían en la ciudad, y luego se la había entregado como dote a su hija, la esposa de Salomón. (I Reyes 9, 16)

  • Tres veces al año, Salomón ofrecía holocaustos y sacrificios de comunión sobre el altar que había erigido al Señor, y quemaba incienso sobre el altar que estaba delante del Señor. Así completó la construcción de la Casa. (I Reyes 9, 25)

  • Salomón equipó también una flota en Esión Guéber, que está cerca de Elat, a orillas del Mar Rojo, en el país de Edóm. (I Reyes 9, 26)

  • Jirám envió como tripulantes, junto con los servidores de Salomón, a algunos de sus súbditos, todos ellos marinos y buenos conocedores del mar. (I Reyes 9, 27)

  • Ellos fueron a Ofir, y trajeron de allí cuatrocientos veinte talentos de oro, que entregaron a Salomón. (I Reyes 9, 28)

  • La reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a prueba, proponiéndole unos enigmas. (I Reyes 10, 1)

  • Llegó a Jerusalén con un séquito imponente, con camellos cargados de perfumes, de muchísimo oro y de piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, le expuso todo lo que tenía pensado decirle. (I Reyes 10, 2)

  • Salomón respondió a todas sus preguntas: no hubo para el rey ninguna cuestión tan oscura que no se la pudiera explicar. (I Reyes 10, 3)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina