Talált 148 Eredmények: Simón

  • Simón aceptó, y consintió en ejercer el sumo sacerdocio, en ser comandante y etnarca del Pueblo judío y de los sacerdotes, y en ponerse al frente de ellos". (I Macabeos 14, 47)

  • y que se guardaran copias en el Tesoro del Templo a disposición de Simón y de sus hijos. (I Macabeos 14, 49)

  • Antíoco, hijo del rey Demetrio, envió desde las islas del mar una carta a Simón, sacerdote y etnarca de los judíos, y a toda la nación, (I Macabeos 15, 1)

  • redactada en los siguientes términos: "El rey Antíoco saluda a Simón, Sumo Sacerdote y etnarca, y a la nación de los judíos. (I Macabeos 15, 2)

  • Los embajadores judíos, enviados por el Sumo Sacerdote Simón y por el Pueblo judío, se han presentado a nosotros como amigos y aliados, para renovar el antiguo pacto de amistad, (I Macabeos 15, 17)

  • Por lo tanto, si se encuentra entre ustedes algún hombre indeseable que haya huido del país de los judíos, entréguenlo al Sumo Sacerdote Simón, para que lo castigue de acuerdo con su ley". (I Macabeos 15, 21)

  • Redactaron, además, una copia de esta carta para el Sumo Sacerdote Simón. (I Macabeos 15, 24)

  • Simón le envió dos mil hombres elegidos para ayudarlo en la lucha, además de plata, oro y abundante material. (I Macabeos 15, 26)

  • Cuando Atenobio, el Amigo del rey, llegó a Jerusalén quedó asombrado al ver la magnificencia de Simón, su aparador con vajilla de oro y plata y toda la fastuosidad que lo rodeaba. Entonces le transmitió el mensaje del rey, (I Macabeos 15, 32)

  • y Simón respondió: "Nosotros no nos hemos apoderado de tierras ajenas ni nos hemos apropiado de los bienes de otros, sino de la herencia de nuestros padres. Nuestros enemigos la retuvieron injustamente en un momento dado, (I Macabeos 15, 33)

  • sino que regresó muy indignado y transmitió la respuesta al rey, informándolo acerca de la magnificencia de Simón y de todo lo que había visto. Y el rey se enojó muchísimo. (I Macabeos 15, 36)

  • Juan subió desde Gázara a contar a su padre Simón lo que estaba haciendo Cendebeo. (I Macabeos 16, 1)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina