Talált 286 Eredmények: alianza

  • Rechazaron sus preceptos y la alianza que el Señor había hecho con sus padres, sin tener en cuenta sus advertencias. Fueron detrás de ídolos vanos, volviéndose así vanos ellos mismos, por ir detrás de las naciones que los rodeaban, aunque el Señor les había prohibido obrar como ellas. (II Reyes 17, 15)

  • El Señor, en efecto, había concluido con ellos una alianza y les había ordenado: "Ustedes no temerán a otros dioses ni se postrarán delante de ellos, no los servirán ni les ofrecerán sacrificios. (II Reyes 17, 35)

  • No olvidarán la alianza que hice con ustedes, y no temerán a otros dioses. (II Reyes 17, 38)

  • Esto sucedió porque no habían escuchado la voz del Señor, su Dios, y habían transgredido su alianza; todo lo que había mandado Moisés, el servidor del Señor, ellos no lo habían escuchado ni practicado. (II Reyes 18, 12)

  • Luego subió a la Casa del Señor, acompañado de todos los hombres de Judá y de todos los habitantes de Jerusalén -los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande- y les leyó todas las palabras del libro de la Alianza, que había sido hallado en la Casa del Señor. (II Reyes 23, 2)

  • Después, de pie sobre el estrado, el rey selló delante del Señor la alianza que obliga a seguir al Señor y a observar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos, de todo corazón y con toda el alma, cumpliendo las palabras de esta alianza escritas en aquel libro. Y todo el pueblo se comprometió en la alianza. (II Reyes 23, 3)

  • El rey dio esta orden a todo el pueblo: "Celebren una Pascua en honor del Señor, su Dios, como está escrito en este libro de la Alianza". (II Reyes 23, 21)

  • Todos los ancianos de Israel fueron a Hebrón, donde estaba el rey: David estableció una alianza con ellos en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos lo ungieron como rey sobre Israel, conforme el Señor lo había anunciado por medio de Samuel. (I Crónicas 11, 3)

  • David, los ancianos de Israel y los jefes de mil hombres fueron con gran alegría a subir el Arca de la Alianza del Señor, desde la casa de Obededóm. (I Crónicas 15, 25)

  • Y porque Dios había asistido a los levitas que trasladaban el Arca de la Alianza del Señor, se inmolaron siete toros y siete carneros. (I Crónicas 15, 26)

  • Todo Israel subió el Arca de la Alianza del Señor entre aclamaciones y al son de cuernos, trompetas, címbalos, arpas y cítaras. (I Crónicas 15, 28)

  • Cuando el Arca de la Alianza del Señor entraba en la Ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, estaba mirando por una ventana, y al ver al rey David saltando y bailando, lo despreció en su corazón. (I Crónicas 15, 29)


“A cada vitória sobre o pecado corresponde um grau de glória eterna”. São Padre Pio de Pietrelcina