Talált 90 Eredmények: alimento

  • Presentando sobre mi altar un alimento manchado, Y ustedes dicen: "¿En qué te hemos manchado?". Diciendo: "La mesa del Señor es despreciable". (Malaquías 1, 7)

  • Pero ustedes lo profanan cuando dicen: "La mesa del Señor está manchada, y su alimento es despreciable". (Malaquías 1, 12)

  • Lleven el diezmo íntegro a la casa del Tesoro, para que haya alimento en mi Casa. Sométanme a esta prueba, dice el Señor de los ejércitos, y verán si no les abro las compuertas del cielo y derramo para ustedes la bendición en abundancia. (Malaquías 3, 10)

  • ¿Cuál es, entonces, el servidor fiel y previsor, a quien el Señor ha puesto al frente de su personal, para distribuir el alimento en el momento oportuno? (Mateo 24, 45)

  • Al caer la tarde, se acercaron los Doce y le dijeron: «Despide a la multitud, para que vayan a los pueblos y caseríos de los alrededores en busca de albergue y alimento, porque estamos en un lugar desierto». (Lucas 9, 12)

  • Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen». (Juan 4, 32)

  • Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello». (Juan 6, 27)

  • Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento. (Juan 10, 9)

  • Sin embargo, nunca dejó de dar testimonio de sí mismo, prodigando sus beneficios, enviando desde el cielo lluvias y estaciones fecundas, dando el alimento y llenando de alegría los corazones». (Hechos 14, 17)

  • Si por un alimento, afliges a tu hermano, ya no obras de acuerdo con el amor. ¡No permitas que por una cuestión de alimentos se pierda aquel por quien murió Cristo! (Romanos 14, 15)

  • No arruines la obra de Dios por un alimento. En realidad, todo es puro, pero se hace malo para el que come provocando escándalo. (Romanos 14, 20)

  • Los alimenté con leche y no con alimento sólido, porque aún no podían tolerarlo, como tampoco ahora, (I Corintios 3, 2)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina