Talált 164 Eredmények: descanso en el séptimo día
Su voracidad no conocía descanso y nada escapaba a sus deseos; (Job 20, 20)
De noche, siento taladrar mis huesos, los que me roen no se dan descanso. (Job 30, 17)
Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque sólo tú, Señor, aseguras mi descanso. (Salmos 4, 9)
Te invoco de día, y no respondes, de noche, y no encuentro descanso; (Salmos 22, 3)
Busco al Señor en el momento de mi angustia; de noche, tiendo mi mano sin descanso, y mi alma rechaza todo consuelo. (Salmos 77, 3)
para darle un descanso después de la adversidad, mientras se cava una fosa para el malvado. (Salmos 94, 13)
no daré descanso a mis ojos ni reposo a mis párpados, (Salmos 132, 4)
te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares. (Salmos 139, 3)
Pero, al fin, se agotaron los víveres almacenados, porque era el séptimo año y, además, porque los refugiados en Judea, provenientes de las naciones, habían consumido las últimas reservas. (I Macabeos 6, 53)
Jonatán se revistió de los ornamentos sagrados el séptimo mes del año ciento sesenta, en la fiesta de las Chozas; reclutó tropas y fabricó una gran cantidad de armas. (I Macabeos 10, 21)
Una vez que Apolonio llegó a Jerusalén, fingiendo que venía en son de paz, esperó hasta el santo día del sábado. Y mientras los judíos observaban el descanso, mandó a sus tropas que hicieran un desfile militar. (II Macabeos 5, 25)
Luego Judas reunió al ejército y se dirigió hacia la ciudad de Odolám. Como estaba ya próximo el séptimo día de la semana, se purificaron con los ritos de costumbre y celebraron el sábado en aquel lugar. (II Macabeos 12, 38)