Talált 164 Eredmények: descanso en el séptimo día
Así se cumplió la palabra del Señor, pronunciada por Jeremías: "La tierra descansó durante todo el tiempo de la desolación, hasta pagar la deuda de todos sus sábados, hasta que se cumplieron setenta años". (II Crónicas 36, 21)
Cuando llegó el séptimo mes, los israelitas ya estaban en sus respectivas ciudades y todo el pueblo se congregó en Jerusalén como un solo hombre. (Esdras 3, 1)
Desde el primer día del séptimo mes, se comenzó a ofrecer holocaustos al Señor, cuando todavía no se habían puesto los cimientos del Templo del Señor. (Esdras 3, 6)
El séptimo año del reinado de Artajerjes, subieron a Jerusalén un buen número de israelitas, de sacerdotes, de levitas, de cantores, de porteros y de empleados del Templo. (Esdras 7, 7)
Esdras llegó a Jerusalén en el quinto mes del séptimo año del reinado de Artajerjes. (Esdras 7, 8)
Los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, una parte del pueblo, los empleados del Templo y todo Israel se establecieron en sus ciudades. Al llegar el séptimo mes, los israelitas estaban establecidos en ellas. (Nehemías 7, 72)
El sacerdote Esdras trajo la Ley ante la asamblea, compuesta por los hombres, las mujeres y por todos los que podían entender lo que se leía. Era el primer día del séptimo mes. (Nehemías 8, 2)
Y en la Ley que el Señor había promulgado por medio de Moisés, encontraron escrito que los israelitas debían habitar en chozas durante la Fiesta del séptimo mes, (Nehemías 8, 14)
Si la gente del país trae mercancías o cualquier otro objeto, para vender en día sábado, no les compraremos nada en sábado o en día festivo. El séptimo año, dejaremos los campos sin cultivar y cancelaremos cualquier clase de deuda. (Nehemías 10, 32)
El séptimo día, cuando el rey estaba alegre por el vino, ordenó a Mehumán, Bizetá, Jarboná, Bigtá, Abagtá, Zetar y Carcás -los siete eunucos que estaban al servicio del rey Asuero- (Ester 1, 10)
Así fue conducida ante el rey Asuero, al palacio real, en el décimo mes, que es el mes de Tebet, en el séptimo año de su reinado. (Ester 2, 16)
¡Tierra, no cubras mi sangre, que no haya un lugar de descanso para mi clamor! (Job 16, 18)