Talált 140 Eredmények: desgracia

  • Pero yo no te instigué a mandar una desgracia ni he deseado el día irreparable. Tú lo sabes: lo que salía de mi boca está patente delante de tu rostro. (Jeremías 17, 16)

  • No seas para mí un motivo de terror, tú, mi refugio en el día de la desgracia. (Jeremías 17, 17)

  • ¡Que se avergüencen mis perseguidores, y no yo; que se aterroricen ellos, y no yo! Atrae sobre ellos un día de desgracia, quiébralos con un doble quebranto. (Jeremías 17, 18)

  • Y ahora, habla en estos términos a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: Así habla el Señor: Miren que yo fabrico contra ustedes una desgracia y medito contra ustedes un proyecto. Vuelvan de su mal camino, enmienden su conducta y sus acciones. (Jeremías 18, 11)

  • Tú dirás: Escuchen la palabra del Señor, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Yo haré venir sobre este lugar una desgracia tal, que a todo el que oiga hablar de ella le zumbarán los oídos. (Jeremías 19, 3)

  • Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: "Miren que yo atraigo sobre esta ciudad y sobre sus poblados toda la desgracia con que los había amenazado, porque ellos se han obstinado en no escuchar mis palabras". (Jeremías 19, 15)

  • Por eso su camino será para ellos como un terreno resbaladizo; serán empujados a las tinieblas y allí caerán. Porque yo atraeré sobre ellos una desgracia en el año de su castigo -oráculo del Señor-. (Jeremías 23, 12)

  • Pero ustedes no me escucharon -oráculo del Señor- agraviándome con la obra de sus manos, para su propia desgracia. (Jeremías 25, 7)

  • Así habla el Señor de los ejércitos: Miren cómo pasa la desgracia de nación en nación; se desata una gran tempestad desde los extremos de la tierra. (Jeremías 25, 32)

  • Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes -oráculo del Señor-: son planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una esperanza. (Jeremías 29, 11)

  • Pero cuando entraron y tomaron posesión de ella, no escucharon tu voz ni caminaron según tu Ley: no hicieron nada de lo que tú les habías mandado, y tú les enviaste toda esta desgracia. (Jeremías 32, 23)

  • Porque así habla el Señor: Así como atraje sobre este país toda esta gran desgracia, así también atraeré sobre ellos todo el bien que les prometo. (Jeremías 32, 42)


“Uma Missa bem assistida em vida será mais útil à sua salvação do que tantas outras que mandarem celebrar por você após sua morte!” São Padre Pio de Pietrelcina