Talált 251 Eredmények: fuerza militar

  • Valiéndose de su fuerza, se ensañaban continuamente contra los israelitas sorprendidos en contravención en las diversas ciudades. (I Macabeos 1, 58)

  • Así formaron una fuerza armada que comenzó a descargar su ira contra los pecadores y su furor contra los impíos. Los demás tuvieron que salvarse, huyendo a las naciones extranjeras. (I Macabeos 2, 44)

  • y circuncidando por la fuerza a los niños incircuncisos que hallaron en el territorio de Israel. (I Macabeos 2, 46)

  • Porque la victoria en el combate no depende de la cantidad de las tropas, sino de la fuerza que viene del Cielo. (I Macabeos 3, 19)

  • él debía enviar un ejército para destruir y aplastar la fuerza de Israel, y lo que aún quedaba de Jerusalén hasta borrar su recuerdo. (I Macabeos 3, 35)

  • Infúndeles miedo, quiebra la audacia que les da su fuerza y que se conmuevan por su derrota. (I Macabeos 4, 32)

  • Luego partió rápidamente y volvió a Antioquía, donde encontró a Filipo dueño ya de la ciudad: lo atacó y ocupó la ciudad por la fuerza. (I Macabeos 6, 63)

  • "Si posteriormente unos y otros deciden añadir o quitar algo, lo harán de común acuerdo, y lo que añadan o quiten tendrá fuerza obligatoria". (I Macabeos 8, 30)

  • Mientras él yacía derribado por la fuerza divina, sin habla y sin esperanza de salvación, (II Macabeos 3, 29)

  • "Si tienes algún enemigo o alguien que conspira contra el gobierno, envíalo allá y volverá molido a golpes, si es que logra salvar su vida. Porque te aseguro que una fuerza divina rodea aquel lugar: (II Macabeos 3, 38)

  • Una vez que Apolonio llegó a Jerusalén, fingiendo que venía en son de paz, esperó hasta el santo día del sábado. Y mientras los judíos observaban el descanso, mandó a sus tropas que hicieran un desfile militar. (II Macabeos 5, 25)

  • Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi alma por las leyes de nuestros padres, invocando a Dios para que pronto se muestro propicio con nuestra nación y para que te haga confesar, a fuerza de aflicciones y golpes, que él es el único Dios. (II Macabeos 7, 37)


“Que Nossa Senhora nos obtenha o amor à cruz, aos sofrimentos e às dores.” São Padre Pio de Pietrelcina