Talált 52 Eredmények: tocó

  • Al ver a la reina Ester, que estaba de pie en el patio, el rey la miró con benevolencia y extendió hacia ella el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces Ester se acercó y tocó la punta del cetro. (Ester 5, 2)

  • ¿Acaso me alegré del infortunio de mi enemigo y me regocijé cuando le tocó una desgracia? (Job 31, 29)

  • El Señor extendió su mano, tocó mi boca y me dijo: "Yo pongo mis palabras en tu boca. (Jeremías 1, 9)

  • y produjo en medio del horno como una brisa, una frescura de rocío, de manera que el fuego no los tocó para nada ni les causó daño ni tormento. (Daniel 3, 50)

  • Mientras él me hablaba, yo caí en trance con el rostro en tierra. Él me tocó y me hizo poner de pie en el lugar donde estaba. (Daniel 8, 18)

  • De pronto, una mano me tocó y me hizo poner, temblando, sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. (Daniel 10, 10)

  • De pronto, una figura como la de un hijo de hombre tocó mis labios. Yo abrí mi boca y me puse a hablar, y dije al que estaba de pie frente a mí: "Mi Señor, ante esta aparición, yo me estremecí de dolor y no pude sobreponerme. (Daniel 10, 16)

  • Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado». Y al instante quedó purificado de su lepra. (Mateo 8, 3)

  • Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo. (Mateo 8, 15)

  • Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto, (Mateo 9, 20)

  • Jesús les tocó los ojos, diciendo: «Que suceda como ustedes han creído». (Mateo 9, 29)

  • Jesús se compadeció de ellos y tocó sus ojos. Inmediatamente, recobraron la vista y lo siguieron. (Mateo 20, 34)


“Reflita no que escreve, pois o Senhor vai lhe pedir contas disso.” São Padre Pio de Pietrelcina