Talált 97 Eredmények: últimos hechos

  • Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, éste nada malo ha hecho.» (Lucas 23, 41)

  • Sucederá en los últimos días, dice Dios: Derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jóvenes verán visiones y vuestros ancianos soñarán sueños. (Hechos 2, 17)

  • Transcurridos estos días y hechos los preparativos de viaje, subimos a Jerusalén. (Hechos 21, 15)

  • ¿No eres tú entonces el egipcio que estos últimos días ha amotinado y llevado al desierto a los 4.000 terroristas?» (Hechos 21, 38)

  • El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas, (I Timoteo 4, 1)

  • Ten presente que en los últimos días sobrevendrán momentos diffíciles; (II Timoteo 3, 1)

  • en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos; (Hebreos 1, 2)

  • Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, (Hebreos 6, 4)

  • Y por cuanto no fue sin juramento - pues los otros fueron hechos sacerdotes sin juramento, (Hebreos 7, 20)

  • Con ella bendecimos al Señor y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios; (Santiago 3, 9)

  • vuestro oro y vuestra plata están tomados de herrumbre y su herrumbre será testimonio contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado riquezas en estos días que son los últimos. (Santiago 5, 3)

  • predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos a causa de vosotros; (I Pedro 1, 20)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina