Talált 281 Eredmények: Mira

  • ¡Acuérdate, Yahveh, de lo que nos ha sobrevenido, mira y ve nuestro oprobio! (Lamentaciones 5, 1)

  • Mira, Señor, desde tu santa Casa y piensa en nosotros; inclina, Señor, tu oído y escucha; (Baruc 2, 16)

  • abre, Señor, tus ojos y mira que no son los muertos en el seol, aquellos cuyo espíritu fue arrancado de sus entrañas, los que dan gloria y justicia al Señor, (Baruc 2, 17)

  • Mira hacia Oriente, Jerusalén, y ve la alegría que te viene de Dios. (Baruc 4, 36)

  • Mira, llegan tus hijos, a los que despediste, vuelven reunidos desde oriente a accidente, a la voz del Santo, alegres de la gloria de Dios. (Baruc 4, 37)

  • Mira, yo he hecho tu rostro duro como su rostro, y tu frente tan dura como su frente; (Ezequiel 3, 8)

  • Alargó una especie de mano y me agarró por un mechón de mi cabeza; el espíritu me elevó entre el cielo y la tierra y me llevó a Jerusalén, en visiones divinas, a la entrada del pórtico interior que mira al norte, allí donde se alza el ídolo de los celos, que provoca los celos. (Ezequiel 8, 3)

  • Me llevó a la entrada del pórtico de la Casa de Yahveh que mira al norte, y vi que allí estaban sentadas las mujeres, plañiendo a Tammuz. (Ezequiel 8, 14)

  • Y me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre? ¿Aún no le bastan a la casa de Judá las abominaciones que cometen aquí, para que llenen también la tierra de violencia y vuelvan a irritarme? Mira cómo se llevan el ramo a la nariz. (Ezequiel 8, 17)

  • Y en esto vinieron, de la dirección del pórtico superior que mira al norte, seis hombres, cada cual con su azote en la mano. En medio de ellos había un hombre vestido de lino con una cartera de escriba a la cintura. Entraron y se detuvieron ante al altar de bronce. (Ezequiel 9, 2)

  • El espíritu me elevó y me condujo al pórtico oriental de la Casa de Yahveh, el que mira a oriente. Y he aquí que a la entrada del pórtico había veinticinco hombres, entre los cuales vi a Yazanías, hijo de Azzur, y a Pelatías, hijo de Benaías, jefes del pueblo. (Ezequiel 11, 1)

  • Hijo de hombre, mira, la casa de Israel está diciendo: «La visión que éste contempla es para días lejanos, éste profetiza para una época remota.» (Ezequiel 12, 27)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina