Talált 282 Eredmények: causa
A causa de mi siervo Jacob y de Israel, mi elegido, te he llamado por tu nombre y te he ennoblecido, sin que tú me conozcas. (Isaías 45, 4)
Por amor de mi nombre retardé mi cólera, a causa de mi alabanza me contuve para no arrancarte. (Isaías 48, 9)
Pues yo decía: «Por poco me he fatigado, en vano e inútilmente mi vigor he gastado. ¿De veras que Yahveh se ocupa de mi causa, y mi Dios de mi trabajo?» (Isaías 49, 4)
Escuchad la palabra de Yahveh, los que tembláis a su palabra. Dijeron vuestros hermanos que os aborrecen, que os rechazan por causa de mi nombre: «Que Yahveh muestre su gloria y veamos vuestra alegría.» Pero ellos quedarán avergonzados. (Isaías 66, 5)
vio que a causa de todas las fornicaciones de Israel, la apóstata, yo la había despedido dándole su carta de divorcio; pero no hizo caso su hermana Judá, la pérfida, sino que fue y fornicó también ella, (Jeremías 3, 8)
engordaron, se alustraron. Ejecutaban malas acciones. La causa del huérfano no juzgaban y el derecho de los pobres no sentenciaban. (Jeremías 5, 28)
¡Oh Yahveh Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he manifestado mi causa. (Jeremías 11, 20)
Sembraron trigo, y espinos segaron, se afanaron sin provecho. Vergüenza les dan sus cosechas, por causa de la ira ardiente de Yahveh. (Jeremías 12, 13)
y el pueblo al que profetizan yacerá derribado por las calles de Jerusalén, por causa del hambre y de la espada, y no habrá sepulturero para ellos ni para sus mujeres, sus hijos y sus hijas; pues volcaré sobre ellos mismos su maldad.» (Jeremías 14, 16)
Vaciaré la prudencia de Judá y Jerusalén a causa de este lugar: les haré caer a espada ante sus enemigos por mano de los que busquen su muerte; daré sus cadáveres por comida a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, (Jeremías 19, 7)
¡Oh Yahveh Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa. (Jeremías 20, 12)
casa de David! Así dice Yahveh: Haced justicia cada mañana, y salvad al oprimido de mano del opresor, so pena de que brote como fuego mi cólera, y arda y no haya quien apague, a causa de vuestras malas acciones. (Jeremías 21, 12)