Talált 158 Eredmények: descanso en el séptimo día

  • Se purificará con aquellas aguas los días tercero y séptimo, y quedará puro. Pero si no se ha purificado los días tercero y séptimo, no quedará puro. (Números 19, 12)

  • El hombre puro rociará al impuro los días tercero y séptimo: el séptimo día le habrá limpiado de su pecado. Lavará el impuro sus vestidos, se lavará con agua, y será puro por la tarde. (Números 19, 19)

  • El día séptimo tendréis reunión sagrada; no haréis ningún trabajo servil. (Números 28, 25)

  • «El mes séptimo, el primero de mes, tendréis reunión sagrada; no haréis ningún trabajo servil. Será para vosotros el día de los Clamores. (Números 29, 1)

  • «El día décimo del mismo mes séptimo tendréis reunión sagrada; ayunaréis y no haréis ningún trabajo. (Números 29, 7)

  • «El día quince del mes séptimo tendréis reunión sagrada; no haréis ningún trabajo servil y celebraréis fiesta en honor de Yahveh durante siete días. (Números 29, 12)

  • El día séptimo: siete novillos, dos carneros, catorce corderos de un año, sin tacha; (Números 29, 32)

  • Y vosotros, todos los que hayáis matado a alguno y todos los que hayaís tocado a algún muerto, acampad fuera del campamento siete días. Purificaos vosotros y vuestros cautivos, el día tercero y el día séptimo. (Números 31, 19)

  • Lavaréis vuestros vestidos el día séptimo y quedaréis puros. Luego podréis entrar en el campamento. (Números 31, 24)

  • pero el día séptimo es día de descanso para Yahveh tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguna de tus bestias, ni el forastero que vive en tus ciudades; de modo que puedan descansar, como tú, tu siervo, y tu sierva. (Deuteronomio 5, 14)

  • porque todavía no habéis llegado al lugar de descanso y a la heredad que Yahveh tu Dios te da. (Deuteronomio 12, 9)

  • Cuida de no abrigar en tu corazón estos perversos pensamientos: «Ya pronto llega el año séptimo, el año de la remisión», para mirar con malos ojos a tu hermano pobre y no darle nada; él apelaría a Yahveh contra ti y te cargarías con un pecado. (Deuteronomio 15, 9)


“Como Jesus, preparemo-nos a duas ascensões: uma ao Calvário e outra ao Céu. A ascensão ao Calvário, se não for alegre, deve ao menos ser resignada!” São Padre Pio de Pietrelcina