Talált 227 Eredmények: favor

  • Jacob le preguntó: «Dime por favor tu nombre.» - «¿ Para qué preguntas por mi nombre?» Y le bendijo allí mismo. (Génesis 32, 30)

  • Siquem dijo al padre y a los hermanos de la chica: «Ojalá me concedáis vuestro favor, y yo os daré lo que me pidáis. (Génesis 34, 11)

  • Díjole: «Estoy buscando a mis hermanos. Indícame, por favor, dónde están pastoreando.» (Génesis 37, 16)

  • Pero cuando ya la sacaban, envió ella un recado a su suegro: «Del hombre a quien esto pertenece estoy encinta», y añadía: «Examina, por favor, de quién es este sello, este cordón y este bastón.» (Génesis 38, 25)

  • José ganó su favor y entró a su servico, y su señor le puso al frente de su casa y todo cuanto tenía se lo confió. (Génesis 39, 4)

  • Pero Yahveh asistió a José y le cubrió con su misericordia, haciendo que se ganase el favor del alcaide. (Génesis 39, 21)

  • A ver si te acuerdas de mí cuando te vaya bien, y me haces el favor de hablar de mí a Faraón para que me saque de esta casa. (Génesis 40, 14)

  • «Por favor, señor, nosotros bajamos anteriormente a comprar víveres. (Génesis 43, 20)

  • Cuando los días de Israel tocaron a su fin, llamó a su hijo José y le dijo: «Si he hallado gracia a tus ojos, pon tu mano debajo de mi muslo y hazme este favor y lealtad: No me sepultes en Egipto. (Génesis 47, 29)

  • Transcurridos los días de luto por él, habló José a la casa de Faraón en estos términos: «Si he hallado gracia a vuestros ojos, por favor, haced llegar a oídos de Faraón esta palabra: (Génesis 50, 4)

  • "Así diréis a José: Por favor, perdona el crimen de tus hermanos y su pecado." Cierto que te hicieron daño, pero ahora tú perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.» Y José lloró mientras le hablaban. (Génesis 50, 17)

  • Dijo Moisés a Yahveh: «¡Por favor, Señor! Yo no he sido nunca hombre de palabra fácil, ni aun después de haber hablado tú con tu siervo; sino que soy torpe de boca y de lengua.» (Exodo 4, 10)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina