Talált 227 Eredmények: favor

  • El replicó: «Por favor, envía a quien quieras.» (Exodo 4, 13)

  • Ahora, pues, perdonad por favor mi pecado, siquiera por esta vez; rogad a Yahveh, vuestro Dios, que aparte de mí al menos esta mortandad.» (Exodo 10, 17)

  • Yahveh hizo que el pueblo se ganase el favor de los egipcios. Además, Moisés era un gran personaje en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los servidores de Faraón como a los ojos del pueblo. (Exodo 11, 3)

  • Yahveh hizo que el pueblo se ganara el favor de los egipcios, los cuales se los prestaron. Así despojaron a los egipcios. (Exodo 12, 36)

  • Jetró, sacerdote de Madián, suegro de Moisés, se enteró de lo que había hecho Dios en favor de Moisés y de Israel, su pueblo, y cómo Yahveh había sacado a Israel de Egipto. (Exodo 18, 1)

  • Moisés contó a su suegro todo lo que Yahveh había hecho a Faraón y a los egipcios, en favor de Israel; todos los trabajos sufridos en el camino y cómo Yahveh les había librado de ellos. (Exodo 18, 8)

  • Quedará sobre la frente de Aarón; pues Aarón cargará con las faltas cometidas por los israelitas en las cosas sagradas; es decir, al ofrecer toda clase de santas ofrendas. La tendrá siempre sobre su frente, para que hallen favor delante de Yahveh. (Exodo 28, 38)

  • Entonces dijo Moisés: «Déjame ver, por favor, tu gloria.» (Exodo 33, 18)

  • Si se come la carne de un sacrificio de comunión al tercer día, no obtendrá favor el oferente del mismo; no se le tendrá en cuenta. Será abominación. Y quien coma de ella, cargará con su iniquidad. (Levítico 7, 18)

  • Y, tras haber realizado el sacrificio por el pecado en favor de la casa con la sangre del pájaro, con el agua viva, el pájaro vivo, la madera de cedro, el hisopo y la lana escarlata, (Levítico 14, 52)

  • Siendo juez no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo. (Levítico 19, 15)

  • para que os alcance favor, la víctima habrá de ser macho, sin defecto, buey, oveja o cabra. (Levítico 22, 19)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina