Talált 547 Eredmények: gran aflicción
Dios asistió al chico, que se hizo mayor y vivía en el desierto, y llegó a ser gran arquero. (Génesis 21, 20)
Cuando he aquí que divisa un pozo en el campo, y allí mismo tres rebaños de ovejas sesteando junto a él, pues de aquel pozo se abrevaban los rebaños. Sobre la boca del pozo había una gran piedra. (Génesis 29, 2)
He aquí que vienen siete años de gran hartura en todo Egipto. (Génesis 41, 29)
y al segundo le llamó Efraím, porque - decía - «me ha hecho fructificar Dios en el país de mi aflicción». (Génesis 41, 52)
Porque ¿cómo subo yo ahora a mi padre sin el muchacho conmigo? ¡No quiero ni ver la aflicción en que caerá mi padre!» (Génesis 44, 34)
«Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te haré una gran nación. (Génesis 46, 3)
Dijo Yahveh: «Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto, y he escuchado su clamor en presencia de sus opresores; pues ya conozco sus sufrimientos. (Exodo 3, 7)
El pueblo creyó, y al oír que Yahveh había visitado a los israelitas y había visto su aflicción, se postraron y adoraron. (Exodo 4, 31)
Yahveh hizo que soplara con gran violencia un viento del mar que se llevó la langosta y la echó al mar de Suf. No quedó ni una langosta en todo el territorio de Egipto. (Exodo 10, 19)
Yahveh hizo que el pueblo se ganase el favor de los egipcios. Además, Moisés era un gran personaje en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los servidores de Faraón como a los ojos del pueblo. (Exodo 11, 3)
Trastornó la ruedas de sus carros, que no podían avanzar sino con gran dificultad. Y exclamaron los egipcios: «Huyamos ante Israel, porque Yahveh pelea por ellos contra los egipcios.» (Exodo 14, 25)
Déjame ahora que se encienda mi ira contra ellos y los devore; de ti, en cambio, haré un gran pueblo.» (Exodo 32, 10)